El cáncer de mama se ha convertido en una de las principales preocupaciones de salud a nivel global, lo que resalta la magnitud del problema y la necesidad por la sensibilización. Cada año, muchas mujeres enfrentan esta dura realidad, lo que subraya la importancia de estar informadas y preparadas.
La detección temprana juega un papel crucial en el tratamiento del cáncer de mama. Identificar la enfermedad en sus primeras etapas aumenta significativamente las posibilidades de éxito en el tratamiento.
Las principales técnicas de detección incluyen:
Se recomienda que las mujeres comiencen a realizar mamografías anuales a partir de los 40 años. No obstante, aquellas con antecedentes familiares de cáncer de mama deben consultar a un profesional de la salud para establecer un plan de detección adaptado a su situación específica.
La frecuencia de las mamografías depende de varios factores, incluyendo la edad y el historial familiar, acá te compartimos algunas recomendaciones para realizarse dichas pruebas:
Como sabrás, aunque algunos factores de riesgo del cáncer de mama, como la genética o la edad, no son controlables, existen varios hábitos y cambios en el estilo de vida que te pueden ayudar a reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad:
Hacer ejercicio regularmente: la actividad física no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también puede reducir los niveles de estrógeno y fortalecer el sistema inmunológico.
Recomendación: intenta realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio intenso por semana. Esto puede incluir caminatas rápidas, natación, ciclismo o clases de fitness.
Limitar el consumo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. El alcohol puede aumentar los niveles de estrógeno en el cuerpo y dañar el ADN de las células.
Recomendación: si bebes, limita el consumo a no más de una bebida al día. Mejor aún, considera eliminar completamente el alcohol de tu dieta.
Llevar una dieta balanceada rica en frutas y verduras: una dieta rica en antioxidantes y fibra puede ayudar a proteger contra el cáncer de mama.
Recomendación: incluye una variedad de frutas y verduras coloridas en tu dieta diaria. Apunta a consumir al menos 5 porciones al día. Incorpora alimentos ricos en fibra como granos enteros y legumbres.
Amamantar, si es posible: la lactancia materna puede tener un efecto protector contra el cáncer de mama.
Recomendación: si tienes hijos, considera amamantar durante al menos seis meses si es posible.
Realizar autoexámenes regulares: aunque sabemos que no es una medida preventiva en sí, el autoexamen regular puede ayudar a detectar cambios en los senos de manera temprana.
Recomendación: realiza un autoexamen de senos mensualmente y familiarízate con la apariencia y sensación normal de tus senos.
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