¡Hola, emprendedor! Si estás leyendo esto, es porque tienes presente ese impulso a crear, innovar y dejar tu huella en el mundo de los negocios. Y eso es genial. Pero, ¿sabes qué? A veces el camino del emprendimiento puede ser como andar en bicicleta... con los ojos vendados y en una montaña rusa. ¡Emocionante, pero lleno de riesgos!
Los primeros años de un negocio suelen ser los más desafiantes, y una mala gestión financiera puede poner en riesgo el éxito de tu empresa. Por eso, es fundamental conocer los errores financieros más comunes que cometen los emprendedores y tomar las medidas necesarias para evitarlos.
Es común que los emprendedores se entusiasmen con su idea y descuiden la planificación financiera. Esto puede llevar a realizar gastos excesivos en aspectos que no son esenciales para el funcionamiento del negocio, como alquileres costosos o equipos innecesarios, al principio.
Consejo: elabora un presupuesto detallado que incluya todos los gastos previsibles, tanto fijos como variables. Prioriza las inversiones que realmente aporten valor a tu negocio y busca alternativas más económicas para aquellos rubros que no sean esenciales.
Crear un presupuesto no es solo poner números bonitos en una hoja de Excel. Muchos dueños de pymes subestiman los costos o sobreestiman las posibles ganancias, esto puede llevar a problemas financieros. Si tu presupuesto parece más un cuento de hadas que un plan realista, Houston, tenemos un problema.
Consejo: investiga, pregunta a otros emprendedores, considera todos los gastos posibles (incluso los aburridos como impuestos) y sé muy honesto contigo mismo.
Si bien el endeudamiento puede ser una herramienta útil para financiar el crecimiento de tu negocio, es importante hacerlo de manera responsable. El crédito puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo, no comentas el error de muchos emprendedores, quienes caen en la trampa de endeudarse hasta arriba pensando que las ventas futuras lo solucionarán todo.
Consejo: si vas a pedir préstamos, asegúrate de que sean para inversiones que realmente impulsarán tu negocio. Y siempre ten un plan B, C y D para pagarlos. Analiza cuidadosamente si realmente lo necesitas y si podrás saldarlo sin comprometer la estabilidad financiera de tu empresa.
"En seis meses seré millonario". Suena familiar, ¿verdad? Tener grandes expectativas está muy bien, pero si no se basan en la realidad, pueden llevarte a tomar decisiones financieras desastrosas.
Consejo: establece metas de ingresos alcanzables y basa tus decisiones financieras en estas proyecciones. No te desanimes si los resultados no son inmediatos, recuerda que el crecimiento de un negocio suele ser un proceso gradual.
El as bajo la manga es un seguro empresarial
Hablando de imprevistos, ¿has considerado un seguro empresarial? sabemos lo que puedes decir: "Otro gasto más" 😓. Pero piénsalo como una inversión ante imprevistos.
Un buen seguro empresarial puede ser tu salvavidas en situaciones que ni siquiera te has planteado. Existen muchos eventos que pueden hundir un negocio sin la protección adecuada, como incendios o robos.
Un seguro como ACSA Empresarial Todo Riesgo protege tus activos físicos. No pongas en riesgo tu inversión, contrata tu seguro empresarial y protege tu negocio ante cualquier imprevisto.
Recuerda que la clave está en ver a tu negocio de manera integral. No solo se trata de generar ingresos, sino de proteger lo que has construido con tanto esfuerzo.
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